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Generado el 15/11/2024 a las 11:41
Sierra Nevada ha demostrado que puede garantizar la apertura de la estación con nieve de calidad, incluso en condiciones de absoluta falta de precipitaciones. No en vano, la estación cuenta con un moderno sistema de producción de nieve, uno de los mayores de España.
Esta instalación ha supuesto el principal esfuerzo inversor dentro de los servicios de la Estación de Esquí, con el objetivo de ofrecer a los esquiadores y snowboarders condiciones óptimas durante la temporada invernal.
Sierra Nevada dispone de un total de 364 cañones para la producción de nieve. De estos cañones 250 son de última generación y totalmente automatizados.
Según el proceso de innivación diferenciamos tres tipos de cañones y cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes:
Es un cañón que necesita muy poco aire comprimido y por tanto consume muy poca energía.
Lo utilizamos como cañón fijo ya que es algo difícil de desmontar y para desplazar, debido a su longitud de 10 a 12 m., pero por otro lado es muy rápido en el arranque ya que no necesita regulación de presión de agua.
Es sensible al viento debido a su altura pero si el viento va a favor reparte la nieve mejor por la pista sin necesidad de moverlo después con las maquinas pisa-pista tal como ocurre a veces con los cañones de alta sobre trineo.
Existe la versión manual y automática.
Los cañones de baja presión son grandes, pesados, caros, necesitan una máquina para desplazarlos, y tienen más mantenimiento. Pero solo precisan de una toma de agua y electricidad y fabrican gran cantidad de nieve con temperaturas marginales (las de última generación) a un coste muy inferior al de los cañones de alta presión.
Otra ventaja es la posibilidad de poder dirigir dentro de unos límites el chorro de nieve hacia la pista aunque el viento lo impediría a otro tipo de cañón. Como la nieve se expulsa por una turbina grande se reparte la nieve en un radio de hasta 80 m. con lo cual se pueden cubrir prácticamente el ancho entero de una pista. En Sierra Nevada contamos con 174 unidades completamente automatizados.
Debido a la gran demanda de sistemas de nieve cada vez más eficientes, los fabricantes han mejorado año tras año sus productos. Hoy día encontramos en el mercado cañones capaces de hacer nieve con temperaturas más altas y a un coste, es decir gasto de energía, más bajo. Pero sobre todo en el campo de la automatización se ha avanzado muchísimo respecto a los principios de los años noventa y hoy día el 80% de los sistemas instalados en el mundo son totalmente automáticos.
La gran ventaja de un cañón automático es que regula constantemente su caudal de agua para maximizar su rendimiento, es decir aprovecha al instante una variación de temperatura sin que la calidad de nieve cambie. Una pequeña estación meteorológica integrada en cada cañón suministra datos de temperatura y humedad relativa precisos y el cañón puede funcionar de manera totalmente autónomo y automático una vez programado todos los parámetros de innivación necesarios.
Son ligeros, fáciles de desplazar, baratos y pueden funcionar con temperaturas marginales pero, por otro lado, necesitan mucho aire comprimido de una instalación fija de compresores que consume mucha energía.
La producción de nieve con este sistema es de 2 a 10 veces más cara que fabricar nieve con los cañones de otro tipo. Es un cañón que se regula 100% manual y se utiliza sobre todo para apoyar la innivación en cotas altas donde no se han instalado cañones fijos.